Sobre la Militancia Personal de Sergio Rodríguez Saavedra

martes, 9 de febrero de 2010

En cuál infierno brilla mejor la patria
Por Ricardo Sánchez Orfo

Querámoslo o no, el mito del eterno retorno satisface las barrigas hinchadas del tiempo; que venga quien quiera a negarlo, de cualquier modo, pondremos en frente de él, lo patrimonial que alguien nos hubo quitado cuando cerramos los ojo y que, de pronto, ya pasados los días fríos que nadie quiere olvidar, abrimos para ver la foto de hace años, esa que sonríe y nos pregunta por qué abandonamos tan digna militancia.
La poesía de Rodríguez Saavedra grafica el retorno al pasado (a su pasado) con un tono profundo que no guarda distancias con lo estético y lo cuidadoso; siendo así, lo suyo abarca una colectividad de ayer que patalea en la puerta muchas veces cerrada de un hoy aciago.
Hay en ella un interesante recorrido donde a veces el poema es un sitio eriazo en que resplandece el amor, hay además un litigio con la política que sin miramientos denuncia en un VENCEREMOS con mayúscula, porque en la patria también cabe algo que nos amordaza a todas las sillas y a todos los espacios vacíos.
Esta Militancia Personal está llena de símbolos retóricos donde aparecen a presionar con el dedo ciertas figuras como Lastra, Neruda, y el mismo Rimbaud, quien, desde un hondo recurso del autor; y claro, con una pasividad que sin restarle protagonismo lo deja en el limbo de las posibilidades inciertas, penetra con la incorporación simbólica y anacrónica de Rimbaud en la pobre escena nacional postmoderna; Rimbaud travesti, Rimbaud cabrón de moda, Rimbaud mirando nuestra poesía como además miramos la juventud del tiempo pasado que no sabemos si fue mejor.
En la obra dios también es digno de habitar el infierno, cual maldito personaje de un mundo que a menudo se nos viene abajo, cuando recordamos una esquina que hoy yace sin gente, porque tampoco debemos olvidar la página negra de nuestra república, porque además de vez en cuando aparece una mujer y es otro poema esmerado y decidor.
Militancia Personal es una zona en la experiencia de lo íntimamente humano, un aire que se mete por la puerta y resopla, y luego vuelve a salirse de sí, y luego vuelve a resplandecer; deja y otorga; suma y sigue.
Si el pago de chile es una cuenta vencida, si Rimbaud hubiese sido un amigo de lo ajeno en esta tierra también impropia, no hubiese brillado este nuevo infierno donde queda mejor un aliento y un poema, donde cabe la patria entera y los recuerdos de ayer que se agolpan en el recuento de las últimas horas y los últimos muertos; fuera de todo, en la militancia de lo personal, hay también un mundo entero recordándonos lo que fuimos, antes de abandonar la utopía que jamás se olvida.


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